Iniciación al planchado artesanal

El planchado artesanal también conocido como "planchado de blanco", es una de las facetas de nuestra profesión que con el paso del tiempo han caido en el olvido. Quedan lejos los tiempos en que en casi todas las ciudades podiamos encontrar establecimientos con el letrero de "planchadora". Hoy en día casi han desaparecido por completo.  El oficio de planchadora en sí mismo constituía una profesión diferenciada de las tintorerías, y requería de una notable práctica y experiencia acompañadas de  gran paciencia y buen gusto.

Todo el mundo entendía el cometido y trabajo de las planchadoras, el almidonado y planchado de prendas nobles,  tejidos y labores de artesanía  que por aquellos tiempos  tejían y bordaban las amas de casa, las  encajadoras de bolillos, las lenceras y  las bordadoras profesionales. La planchadora era el eslabón final en el proceso de creación de la artesanía textil. Su aportación era imprescindible para el realce y esplendor de las creaciones de las bordadoras. Cada labor tenía un nombre, generalmente del pueblo o ciudad de donde procedía. Todos hemos oido hablar alguna vez de los manteles de Lagartera, del calado Canario, del encaje de Camariñas, o de las puntillas de Arenys, solo por citar algunos ejemplos. Todas estas labores estaban confecionadas a mano con fibras naturales, generalmente de hilo, lino, algodón y seda, y requerían del almidonado de la planchadora para dar cuerpo y prestancia a las prendas recien bordadas.

Con el paso del tiempo, la generalización de las fibras sintéticas,  las prisas y el estrés de la vida moderna han dado paso a un drástico descenso en el uso de este tipo de prendas y por consiguiente han conducido a la desaparición de las planchadoras. Hoy en día casí por desconocido, este oficio despierta el interes y curiosidad de muchos profesionales del mundo de la tintorería, que reciben de tanto en tanto en sus tiendas piezas de labores de artesanía que aún conservan las familias en los cajones y baules como recuerdo de sus antepasados, y que por su rareza, no saben muy bien como trabajar.

Es justamente éste el tema del presente artículo y  de los que le seguirán, dar a conocer un antiguo y bello oficio que ennoblece y ensalza nuestra profesión. Es este pués un punto de partida que iremos desgranando poco a poco para ir conformando un conjunto de trabajos que incluiremos en el curso de próximo lanzamiento "Tintorería de Autor".

Y como la mejor manera de aprender es ver como se hacen las cosas, os hemos preparado este video en el que podeis ver el planchado de un sencillo vestido de bautizar de una sola pieza. 25 minutos es lo que tardamos en realizar el trabajo al completo, aunque por las limitaciones de youtube solo os podemos mostrar un resumen de 10 minutos. Mas adelante, iremos mostrando trabajos de mayor dificultad, pero para la iniciación al planchado artesanal esta pieza es un buen ejemplo.

 

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