Las ropas lavadas con dióxido de carbono líquido (CO2) quedan tan impecables como cualquier vestido recién sacado de la tintorería. Esta nueva tecnología –cuyo funcionamiento se ha demostrado recientemente con éxito en un proyecto LIFE– constituye una alternativa más segura, respetuosa del medio ambiente y competitiva que los percloroetilenos (perc), el disolvente más utilizado en la actualidad para la limpieza en seco.
El CO2 es una sustancia no tóxica e ininflamable, que no causa contaminación de las aguas subterráneas. Cuando se le somete a unas presiones muy altas (50 bares), pasa a estado líquido y se puede utilizar para la limpieza de productos textiles. “El CO2 se constituye como una alternativa segura, respetuosa con el medio ambiente y competitiva con los disolventes más utilizados en la actualidad para la limpieza en seco.”Contrariamente a lo que ocurre con el perc, el CO2 es un recurso renovable que se extrae de la atmósfera, y que se recoge y reutiliza al final del proceso de lavado; por ello, no contribuye a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuando el proyecto DETECTIVE, en el que colaboraban socios de cinco Estados miembros, se puso en marcha en 2001 por un período de tres años, el lavado de ropa con CO2 no era más que una nueva y prometedora tecnología: hasta ese momento sólo se habían llevado a cabo pruebas de laboratorio, pero ningún experimento en el mundo real a gran escala. El consorcio del proyecto (en el que se encontraban las empresas suecas Electrolux y Aga/Linde) fue dirigido por su principal beneficiario, Krom Stomerijen, una empresa holandesa dedicada a la limpieza en seco. El objetivo del proyecto era optimizar la aplicación a gran escala de esta nueva tecnología.
Poder de limpieza
Los resultados de esta prueba piloto de demostración, que tuvo lugar en Gorredijk (Países Bajos) y Aalborg (Dinamarca), y para la que se utilizaron 38 materiales textiles y 9 artículos de vestir distintos, pueden calificarse de excelentes en ambos países.
Así, y dependiendo del tipo de mancha, el rendimiento del CO2 osciló entre el 60 y el 100% del obtenido con los perc tradicionales, y también obtuvo mejores resultados que los de otras tres alternativas potenciales al perc. Se llegó a la conclusión de que lo ideal era combinar la limpieza de textiles con CO2 y el lavado con agua: de esta manera se lograba limpiar toda la gama de prendas y productos textiles comúnmente utilizados por los consumidores.
A pesar de todos estos resultados positivos, y de haber demostrado que los detergentes disponibles para el CO2 aumentan el poder de limpieza, su desarrollo no ha alcanzado aún un estado de madurez, y los resultados finales siguen dependiendo en gran medida del tipo de mancha. En cualquier caso, se esperan mejoras en los detergentes y una optimización de su uso por las máquinas de lavado.
Análisis de costes
Los investigadores concluyeron que, cuando se usan cantidades mínimas, el lavado de productos textiles con CO2 es más eficiente en términos de uso de recursos y vertido de residuos que el lavado equivalente con perc. Y también resulta competitivo económicamente: el coste de fabricación de este tipo disolventes y detergentes resulta comparable al de los empleados con perc, mientras que los costes laborales son básicamente los mismos.
Y aunque los costes anuales para la limpieza con CO2 en términos de inversión son superiores, resultan similares por kg de ropa lavada, ya que las máquinas de lavado con CO2 proporcionan una capacidad de trabajo anual superior –en concreto dos ciclos por hora, frente a los dos ciclos cada 90 minutos con los perc–. Por tanto, el coste total de la limpieza de textiles con CO2 es una quinta parte inferior al de su rival tecnológico.
Aunque se trate aún de una tecnología de reciente introducción en el mercado, se estima que podría remplazar totalmente al perc en el transcurso de las dos próximas décadas. Su mayor o menor aceptación dependerá de cuán rápido caigan en desuso las máquinas actuales, el precio y el control de los disolventes tradicionales, los fondos de inversión disponibles, la transferencia de conocimientos y las normativas nacionales.