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El descenso del uso de la piel

Esteban Foguet

Presidente de ASERP

JORNADA ORGANIZADA POR A.Q.E.I.C. EL DÍA 6 DE NOVIEMBRE DE 2008, SOBRE EL TEMA

MANTENIMIENTO DE LAS PRENDAS DE PIEL.
PONENCIA ELABORADA POR ESTEBAN FOGUET, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE RESTAURADORES DE PIEL



FACTORES QUE HAN PROPICIADO EL DESCENSO EN LA UTILIZACIÓN DE PRENDAS DE PIEL.

Existen muchos condicionantes que han influido en que el usuario en general cambiara sus hábitos en la forma de vestir.

Hasta hace menos de una década, lucir una prenda de piel era sinónimo de elegancia y de un status social y económico de clase media o alta, esto influía en que muchas personas aun a costa de tener que efectuar algún sacrificio económico, utilizaran este tipo de prendas. Ello se debía a que los precios de compra de estas prendas eran bastante elevados, en comparación con algunas de similares características en cuanto a la protección climatológica, pero de textil.

Hoy día, y debido a la glovalización de los mercados, se ha propiciado la importación masiva de multitud de productos manufacturados, y entre ellos están las prendas de piel. Se encuentran prendas de piel en grandes superficies comerciales y almacenes específicos, a unos precios equiparables al textil. Por tal motivo, han perdido el sello de distinción de antaño.

Si a ello, añadimos la evolución efectuada en los últimos años por las prendas textiles denominadas parkas o similares, con termo-forros, aislamientos poliuretánicos, gorotex, pieles sintéticas, ect., y además con unos diseños de vanguardia, nos encontramos con una variedad impresionante de substitutos, que hacen una competencia en muchos casos insalvable a las clásicas prendas de piel.

Si bien es verdad que tanto en España, Italia, Francia, y algunos otros países de Europa, se siguen confeccionando prendas de un alto precio de venta, también es verdad que en un porcentaje bastante elevado de las mismas, lo que prima es el diseño, o sea, que sean prendas moda.

La obligación del diseñador es realizar prendas que el público sienta la necesidad de comprarlas porque le gusten, sin importarle demasiado en el momento de la compra que en muchos casos, sean de usar y tirar. Debido a tipos de acabados que varían substancialmente después de un proceso de limpieza, mezclas de colores incompatibles, adornos, tipos de confección, etc.

Procurando ser realistas, tenemos que reconocer que tenemos varios factores en contra. En primer lugar, en un porcentaje bastante elevado, ha sido bastante deficiente la formación profesional del personal de mostrador tanto de las tintorerías, como de las peleterías o grandes almacenes, con respecto al tema de la piel.

Ello ha conllevado la falta de información profesional al cliente, en el momento de su venta o de la recepción de las prendas en las tintorerías, propiciando un sentimiento bastante generalizado por parte de los clientes en general, de que las prendas de piel sufren un demérito cuando se llevan a la tintorería, y por experiencia son sabedores, de que esto no ocurre con el textil.

Se puede asegurar, por que estadísticas efectuadas en talleres especializados así lo confirman, que en los puntos de recepción donde el responsable es un buen técnico/a en temas de piel, el volumen de prendas recibidas, aun que ha sufrido un descenso, es muy inferior al de los establecimientos en donde no existe una especialización, lo que corrobora dicha apreciación.

También está demostrado, que con una recepción deficiente, el número de personas que no quedan satisfechas con el servicio prestado, es muy superior a sí existe una buena información en el momento de que el cliente nos confía sus prendas para la limpieza.

Además añadiremos el mal enfoque, y la deficiente manera de actuar por parte de las Juntas Arbitrales de Consumo, en el desempeño de la función fundamental por la que fueron creadas, ¡la de defender al consumidor!

En los casos donde se dictamina que la responsabilidad de la anomalía no es de la limpieza, sino de defectos ocultos o imprevisibles de la piel, de sus acabados o de la confección, que pueden ser indetectables antes de la limpieza, se limitan a eximir de responsabilidad al tintorero, pero no siguen la cadena lógica de responsabilidades, como pueden ser, confeccionista, curtidor, o simplemente el establecimiento que la comercializó.

En estos casos y como paradoja, ocurre que el consumidor se queda con una prenda más o menos inservible según su criterio, y una Sentencia donde dice que no es responsabilidad de la tintorería, pero sin la solución que el consumidor esperaba. Al mismo tiempo el responsable, llámese curtidor, confeccionista o diseñador, ni se apercibe de que aquel tipo de acabado, de grosor de piel, de mezcla de colores, de características de confección, etc., va a convertir al usuario, en un detractor de las prendas de piel.

Después de todo lo mencionado anteriormente, tenemos que ser muy conscientes de un tema muy concreto. Los únicos interlocutores en el mundo de la piel para el consumidor, son dos. Los vendedores ya sean de peleterías o grandes almacenes y los responsables de la recepción de prendas en las tintorerías. Toda la gran industria interna de la piel como curtidores, diseñadores y confeccionistas, prácticamente no existen para nuestros clientes, pues con ellos no les vincula ninguna relación personal.

Si los únicos que tienen un trato directo con el público, por falta de formación, no saben informar y asesorar de las características de la prenda que les van a comprar, o del resultado de la restauración antes de efectuarla, la imagen global de nuestro sector, quedará muy en entredicho.

Igual que por parte de los restauradores se ha invertido mucho esfuerzo en la formación del personal de mostrador, sería más importante aun, que en el momento de la venta, las personas destinadas a tal fin, supieran e informaran a los clientes de las características de las prendas y de su mantenimiento o llevaran un etiquetage informativo coherente. Logrando con ello, la aceptación psicológica de las características de las prendas que adquieren los clientes.

Buscando más factores que puedan haber incidido en el descenso del uso de prendas de piel, nos encontramos con un apartado muy importante.

Si a todo lo anterior añadimos, la diferencia de precio en la conservación y limpieza entre una prenda textil y una de piel. En la mayoría de los casos la limpieza de una prenda de piel es cuatro o cinco veces mayor al de una textil.

Lógicamente el coste de limpieza y restauración de la piel es mucho más elevado que el textil, tanto en mano de obra como en materias primas, por no hablar del coste energético, factor a tener muy en cuenta últimamente y que cada día será superior.

Dado que en un porcentaje muy elevado, las tintorerías no efectúan la limpieza de la piel, sino que tienen dicha especialidad subcontratada a empresas especializadas, los precios de las cuales son relativamente muy bajos en comparación con los costes de producción, pudiendo ofrecerlos gracias al gran volumen de prendas que elaboran.

Por lo mencionado anteriormente, considero que las tintorerías sobrevaloran el precio del servicio, ya que en la mayoría de los casos incrementan el precio del especialista en un cien por cien e incluso superándolo en algunos casos. Resultando por ello unos precios abusivos.

Referente a los talleres dedicados a la limpieza y acabados de la piel, hay que resaltar que la mayoría han invertido mucho esfuerzo tanto económico, como de investigación en nuevas tecnologías.

Efectuando en la mayoría de los casos, Cursos de Formación y Reciclaje, en “La Escuelas Superior de Tenería” (perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña), en las instalaciones de la “Asociación de Investigación de las Industrias del Curtido y Anexas (AIICA)”, en
Laboratorios de Investigación y Ensayo de importantes empresas químicas, conferencias con los mejores técnicos en curtición y acabados de la piel, visitas técnicas a las principales empresas dedicadas a la limpieza y acabado de prendas de piel de vario países, etc.

Lo expuesto anteriormente ha propiciado una modernización espectacular, tanto en maquinaria de última tecnología, como en formación profesional del sector, pudiendo asegurar que en la actualidad es completamente equiparable, al de los países más evolucionados en el sector del mantenimiento de prendas de piel.

Consiguiendo con esta formación continuada, evitar unos incrementos de costes muy significativos, y con una calidad de trabajo muy superior. Gracias a ello, en los últimos años nos ha permitido efectuar unos aumentos de precios muy por debajo del I.P.C., cuando en realidad, en este sector el aumento real es muy superior al incremento del coste de la vida.

De todas formas, no nos cansaremos de repetir, que la única forma de subsistir, es ofreciendo solamente la máxima calidad. Entendiendo por calidad, que las prendas sean atractivas, con diseños que llamen la atención, pero teniendo muy presente que todo tipo de prenda de vestir necesita un mantenimiento que es la limpieza, tema que el consumidor da por sentado, por tanto, es obligatorio de cara al público, que no se sienta defraudado por culpa de algún eslabón de la cadena que forma este sector.

Profundizando más en el tema, creo que existe un apartado que merece un punto y aparte.

Según la Confederación Europea de la Industria del Curtido (Cotance), después de muchas reuniones, el consejo hizo una valoración de la evolución del sector en una serie de materias, llegando a la conclusión que para infundir confianza al consumidor, era imprescindible crear una Comisión que desarrollara las normas para un Etiquetado de mantenimiento específico para las prendas de piel.

Bajo la denominación Dry cleanibility of Leather” se intentaría acordar una serie de ensayos físicos, químicos y de solideces, a practicar sobre las pieles acabadas, con obligación de adjuntar los mismos en las prendas, en
una etiqueta con las indicaciones de calidad, para el mantenimiento y la limpieza, dirigidas al usuario final y al restaurador.

La mayoría de ensayos a realizar, serían los habituales, para determinar la calidad de una piel, (IUP 8/40), (IUF 401/402), (IUF 450), (IUF 470), (IUP 20), (IUP 37) y (IUC 4), equivalentes a las normas de calidad ISO, específicas para la piel.

Hace un tiempo la Internacional Fur Trade Federation, recomendó implantar a todas las asociaciones de peletería, una nueva etiqueta de mantenimiento muy parecida a la de una prenda textil, donde figuran los signos de limpieza en seco, acuosa, secadora y plancha, tachados. En la cual es obligatorio especificar los tres términos siguientes, PIEL AUTÉNTICA, LA ESPECIE ANIMAL A LA QUE PERTENECE, y LIMPIEZA SOLO EN CENTROS ESPECIALIZADOS EN PIEL.

La Organización Empresarial Española de Peleterías, haciéndose eco de las recomendaciones de la (IFTF), realizó una campaña de información a sus afiliados, donde se les comunica que dicha etiqueta es obligatoria en aquellos artículos de piel destinados a la venta al consumidor.

Creo de todo punto contraproducente, equiparar el etiquetado de una prenda de piel con una de textil, pues bajo la perspectiva del consumidor es dar a entender que son tipos de prendas similares, y que no tiene porque ser más cara tanto de compra como de mantenimiento.

En contrapartida, con una etiqueta de mantenimiento que determinara la calidad de la piel y de sus acabados, el consumidor estaría más informado a la hora de la compra, y el especialista en limpieza, podría garantizar mucho más su trabajo, beneficiando con ello al usuario de prendas de piel.

Lamentablemente los peleteros, confeccionistas y diseñadores, de los países de la Unión Europea incluyendo Noruega y Suiza, han desaprovechado una ocasión inmejorable para potenciar la venta de sus artículos, y poder argumentar a sus clientes las diferencias de precio entre
unas prendas de muy buena calidad, a las elaboradas en países en vías de desarrollo.

Como conclusión a esta Ponencia, solo me resta agradecer a la Asociación A.Q.E.I.C. la oportunidad que nos brinda de intentar aportar soluciones a la perdida de mercado que padecemos todos.

Ofreciéndonos la oportunidad de diálogo entre los sectores implicados, con la aportación de ideas de cada sector y el conocimiento mutuo. No me resta más que añadir a todos ustedes, que en nosotros encontrarán todo el apoyo que precisen, tanto en efectuar pruebas prácticas tanto de sus productos manufacturados antes de comercializarlos, como para que su personal de mostrador, adquiera una formación practica. Para intentar conseguir un horizonte con mejores perspectivas de futuro.