¿ Empresario o Tintorero ?

La Actitud empresarial del Tintorer@

El empresario ha de formarse

La formación es imprescindible para la buena dirección de cualquier empresa

En los últimos tiempos parece estar de moda en nuestro sector, calificarse de empresario y renunciar al epiteto tradicional de tintorero, como si tal denominación implicara en si misma un status superior. Muchas personas por el mero hecho de establecerse independientemente con un negocio propio alardean de denominarse empresarios. No obstante la misma palabra nos indica su significado. Empresario es aquel que hace empresa, aquel que emprende un proyecto. La alta competitividad que caracteriza los mercados, exige una adecuada formación de los empresarios. Una empresa constituye un conjunto de estructuras y voluntades que combinadas sabiamente por el empresario consigue crear un producto o servicio demandado por el mercado, el cual le proporcionara la necesaria retribución del beneficio, fín último que justifica la existencia de la misma. Dada la complejidad del mercado y de los productos ofertados, las empresas modernas se caracterizan por estructurarse en departamentos, cada uno de los cuales ejerce una función especifica y necesaria dentro del conjunto.

Los departamentos en la empresa

Dep. de Investigación

La Investigación y el Desarrollo I+D es vital en muchas empresas y se constituye en un departamento especifico.

Es corriente oir cuando hablamos de una empresa, de tal o cual departamento de la misma. El departamento de relaciones humanas, de contabilidad, de publicidad, de I+D, departamento de marketing etc. Asimismo generalmente somos conscientes de la inmensa cantidad de recursos economicos y humanos de los que normalmente estan dotados. Y es entonces cuando nos surgen las dudas.
En seguida nos asalta la sensación de que en nuestra pequeña empresa familiar, con uno, o a lo mas dos empleados, nos es imposible poder contar con los departamentos apropiados para cada una de la necesidades de nuestra tintorería. Cuando al telefono preguntan por el jefe de ventas, contestamos soy yo, cuando preguntan por el de publicidad repetimos la misma respuesta, y así con todos los departamentos imaginables.
Y entonces creemos que no disponemos de recursos suficientes para ejercer la función de empresarios dignamente. Nada mas lejos de la realidad.
Es en este momento cuando hay que agudizar la imaginación y el ingenio. En nuestra pequeña empresa podemos equiparar cada departamento de una multinacional a una Carpeta. Una simple pero utilísima carpeta en la que iremos recopilando todos aquellos documentos e información relativos a cada sección o departamento.

Los recursos del Departamento

Departamento Técnico

En este departamento confluyen los métodos y tecnicas propias de la actividad. De ahí su importancia

Este es el momento de diseñar, estructurar y dotar cada departamento. Deducimos fácilmente que no dedicaremos excesivos recursos al departamento de contabilidad, ya que para la pequeña estructura de nuestra empresa, el programa informático y la asesoría son suficientes, y efectúan adecuadamente el trabajo. Tambíen entendemos que el departamento de relaciones humanas, o de personal, puede subrogarse eficazmente en una asesoría competente.
Últimamente hemos oido hablar mucho de que es necesario efectuar buenas campañas de publicidad o emplear un marketing adecuado para subir el número de prendas que nos traen los clientes. Nos hemos dado cuenta, que si bien antaño este era un departamento desierto e inoperante, en la actualidad su importancia es vital. Y comprobamos que casi de forma instantánea parece que da sus frutos. Por ello lo vamos dotando cada vez de más recursos. Que si buzoneos, que si folletos publicitarios, que si sms a los clientes, imagen, logotipos, descuentos, regalos etc... Además eso nos motiva porque nos sentirnos empresarios más importantes. Nos creemos con capacidad de influenciar en las personas, y nuestra vanidad crece.

La función específica de nuestra empresa

Lavar y planchar

A veces se olvida que la función de las tintorería consiste en el lavado y planchado de ropa.

Por último, reparamos que la demanda de nuestros clientes, consiste en que les lavemos y planchemos la ropa. Para ello creamos un flamante departamento técnico. Abrimos la correspondiente carpeta, y observamos que la hemos dotado de una persona que efectúara el planchado y tareas complementarias como atender al público, desmanchar etc. Otra persona a horas concertadas nos efectuará los repartos diarios. Algún ayudante y poco más. Hemos procurado proveernos de la mejor maquinarias que nos hemos podido permitir. Como no tenemos mucha idea de planchar ni lavar, hemos enviado a nuestro personal a efectuar un cursillo de dos semanas que nos ofrecía gratuitamente nuestra asociación, y sin más, saltamos al ruedo y venga, a recoger ropa.
En este momente las brillantes ideas de nuestro departamento de marketing empiezan a dar sus frutos, y se nos llena la tienda de ropa. Y de problemas.
Comprendemos que habiamos diseñado grandes estrategias de marketing ya que como flamantes empresarios habiamos dotado generosamente dicho departamento, paro al mismo tiempo constatamos lamentablemente que la producción se estanca, que no podemos ayudar a nuestro personal porque no sabemos como, que la cálidad de nuestros servicios no depende de nosotros, sino de la planchadora de turno que tengamos en cada momento, y entonces nos damos cuenta que hemos subestimado el Departamento Técnico, el productivo, el que fabrica nuestro producto.
No nos queda más remedio que reciclarnos y aprender la profesión, empezamos a ser Tintoreros.

Y entonces nos preguntamos para llevar adelante mi tintorería, que me garantiza mayor éxito, ser un astuto y audaz empresario, o por el contrario convertirme en un experimentado profesional de la tintorería. O quizás una mezcla de las dos. Pero... ¿ cual es la proporción más adecuada ?