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La nuevas Tarifas Electricas

¿Cómo deberemos comprar la electricidad en el 2.009?

El sector energético en España, se encuentra inmerso en un profundo proceso de transformación.

El Gobierno ha tenido que adaptar la Ley 54/1997, texto legislativo básico regulador del sector energético español, a la Directiva 2003/54/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de junio del 2003, que establece las normas comunes para el mercado interior de electricidad.

A partir de este punto, se han sucedido una cadena de Anteproyectos de Ley, Decretos, Ordenes Ministeriales, etc., que no son objeto de análisis de este artículo, y que tienen como objetivo, asentar el paso de un sistema energético, que en su concepción había sido creado bajo el concepto de servicio público, si bien, gestionado por empresas privadas bajo autorizaciones administrativas, y de acuerdo a unas normas que fijaban sus ingresos, a un nuevo sistema con criterios de liberalización y competencia, siendo su objetivo principal, la promoción de la iniciativa de los agentes que operan el sistema con el fin de incrementar la calidad del servicio y la competitividad en el mercado eléctrico.
La principal consecuencia que los consumidores recibimos, y principalmente las empresas (tal como iremos viendo en éste y próximos artículos), es que, si hasta ahora, nos encontramos en un mercado regulado donde el Ejecutivo tiene como fin, administrar un servicio público y determinar una tarifa eléctrica en condiciones de mínimo coste, con el nuevo marco regulador, pasamos a un mercado libre, donde las tarifas eléctricas, vendrán determinadas por el libre mercado.

La segunda consecuencia, es la división y aparición de nuevos agentes en el sector energético, por lo que, a la hora de contratar la electricidad se nos dirigirán compañías de nueva creación.

Hay que tener en cuenta, que las compañías que venían operando en el sistema, se han adaptado al nuevo marco regulador, y han creado empresas filiales, que gestionan sus servicios bajo el mismo o parecido nombre comercial. Estas nuevas empresas deben ser independientes de las que habíamos contratado en un origen el suministro, y es por ello que podemos tener alguna confusión, al no entender, que nuestro suministrador habitual nos presente un nuevo contrato de suministro. Con la firma de ese nuevo contrato, lo que está sucediendo, es que estamos pasando al mercado liberalizado. Y una vez que hemos pasado ya no hay marcha atrás. Esta es una herramienta que ponen en marcha los suministradores habituales del sistema eléctrico, como medida para fidelizar a los clientes que ya tienen en el mercado regulado.

Por ello, creo importante se conozca el papel que juegan los diferentes agentes del sistema energético. No cabe duda, que el nuevo marco energético es confuso, y uno de los parámetros necesarios para conseguir una buena negociación, es conocer el rol que desempeña la otra parte. A continuación realizaré una breve descripción de las funciones que realizan los diferentes agentes.

El primero es el Productor de la energía: centrales hidroeléctricas, térmicas o nucleares, como principales generadores. Con las energías renovables, han aparecido nuevos productores, como instalaciones fotovoltaicas o centrales eólicas.


La energía producida por aquellos, es transportada por la Red Eléctrica Española (segundo agente) a los municipios. El Distribuidor (tercer agente) es el encargado de llevarla hasta los espacios de consumo, es decir, nuestros domicilios o empresas. Es el agente a quien por ahora contratamos el suministro.

Con el nuevo marco, aparece un nuevo agente, el Comercializador, y es a quien actualmente, voluntariamente, y a medio plazo obligatoriamente (para consumidores a partir de una potencia contratada), se le deberá contratar el suministro de la electricidad.

Los comercializadores compran la electricidad en un mercado de subasta, el cual es regulado y moderado por la entidad OMEL (Operador del Mercado Ibérico de Energía), y al que también acuden, los productores a ofertar la electricidad por ellos generada. Como si de un mercado central de verduras se tratara, el establecimiento de los precios, es el producto de lo ofertado por una parte y lo demandado por otra.

El precio del kw de electricidad que llegará al consumidor final, será la consecuencia del coste que a las comercializadoras les haya costado adquirir la electricidad en el mercado de subastas, más las tarifas de acceso a los puntos de suministro que deban pagar y más el margen de beneficios que cada comercializadora crea que debe ganar.

Con todo ello, se consigue uno de los primeros objetivos que busca la liberalización, dividir el actual negocio vertical, en cuatro grandes negocios, el productor, el transportador, el distribuidor y el comercializador. Para ello debe asegurarse la total independencia de los agentes y las consecuencias buscadas son:

La libre elección de suministrador por parte del consumidor.La disminución del precio de la energía.La mejora de la calidad del servicio a través de la competencia de las compañías.

La Liberalización del mercado energético

Por lo tanto, con la liberación del mercado eléctrico nace un nuevo derecho para los consumidores, la libertad de elegir quien nos suministra la energía. Hasta ahora, cuando contratábamos la electricidad, nos dirigíamos al distribuidor de nuestra zona y gestionábamos obligatoriamente con él, el suministro de la electricidad, ahora, podremos elegir entre un amplio abanico de proveedores.

Ahora bien, los consumidores no se comportan de igual modo cuando van a comprar la electricidad que cuando van al supermercado y eligen la marca de jabón que desean. Por otro lado, el coste de producir la energía eléctrica, viene influenciado por numerosos factores externos, que suelen empujar a dicho coste al alza. Seguidamente vamos a analizar con un poco más de detenimiento, las posibilidades de poder adquirir la electricidad a un mejor precio.

En la práctica, la compra de la electricidad, tiene numerosas variables técnicas, que hacen compleja la elección de la mejor oferta. Por una parte, solo los grandes consumidores, disponen de los recursos necesarios para dominar y entender el carácter técnico que lleva consigo el consumo eléctrico. Además, sólo ellos disponen de un volumen de compra atractivo, para que a las comercializadoras les interesen disminuir los precios de sus ofertas. Por lo que, es predictivo, que solo los grandes consumidores, mejoraran bastante sus costes, mientras que los pequeños muy poco.

La determinación del precio de mercado, tiene una componente básica que es el coste de generación. La producción de energía en España viene liderada por las centrales térmicas (generación a través del petróleo, gas, carbón), que suponen aproximadamente el 60% de la producción, frente a las nucleares con el 20% y las hidráulicas con el 10%. Esto ilustra, la gran dependencia que tiene nuestro país, con respecto al nivel del precio del petróleo, a la hora de establecer el precio de la electricidad. Las fuertes subidas que ha experimentado el precio del petróleo en los primeros ocho meses del año, ha comportado un incremento del coste de generación de la electricidad del 61,14% para el período enero/agosto del 2.008 frente al mismo período del 2.007.

Estos incrementos todavía nos los hemos visto reflejados en nuestra factura eléctrica, gracias a la decisión política de crear el llamado Déficit Tarifario. El Gobierno, con el criterio de que la electricidad es un bien público, y con el objetivo de no castigar a la economía española, ha mantenido las tarifas eléctricas por debajo de los costes reales de producción. Este modelo va generando un déficit con las compañías eléctricas, que venía siendo financiado por la banca, y que los consumidores españoles deberemos pagar en los próximos quince años, a través de los recibos de la luz, bajo un principio de equidad, entre el que consumió la luz y quien la pagará, bastante dudoso.

El problema ha surgido con el estallido de la crisis financiera. El sistema bancario no dispone de capacidad para seguir financiando el Déficit Tarifario, y fruto de ello, es que de las tres últimas subastas, dos han quedado desiertas y en solo una, se pudo colocar 1.300 millones de euros de los 2.700 millones propuestos. La consecuencia es que se calcula que para finales de este año el déficit con las compañías productoras, alcanzará los 15.000 millones de euros. Con este déficit, es difícil exigir a las productoras que mejoren la calidad de sus instalaciones y servicios, tal como busca el mencionado tercer objetivo de la liberalización del mercado.

Visto lo anterior, la C.N.E. (Comisión Nacional de Energía) como ente regulador del sistema energético, en su último informe dirigido al Ministerio de Industria, establecía que las tarifas eléctricas debían subir en enero del 2.009 una media del 31% si se quería eliminar la acumulación de Déficit Tarifario.

Con todo lo anterior, el Gobierno se está viendo obligado a acortar el proceso de liberalización del mercado, que había establecido que durara, en distintas etapas, hasta enero del 2.011. El Ministerio de Industria ha mandado al Gobierno un borrador de decreto por lo que propone que todos los puntos de suministros superiores a una potencia de 15 kw deban pasar al mercado liberalizado a partir del 1 de julio del próximo año. Para los puntos de suministros inferiores a aquellos15 kw, se pondrá en marcha la llamada TUR (Tarifa de Último Recurso), cuya tarifa seguirá siendo regulada por el Ejecutivo y suministrada por las cinco grandes distribuidoras.

¿Y cómo afectará los anteriores hechos a nuestras tintorerías?

La mayoría de nuestras tintorerías disponen de una potencia contratada mayor de 15 kw. Por ello, nos veremos obligados a transformar nuestros contratos de suministros al nuevo marco regulatorio. Y con ello, nuestros hábitos de compra de las energías, se verán obligados a cambiar, como si otro producto se tratara, por ejemplo, los jabones. Ahora deberemos tomar las siguientes decisiones:

A quien contratarCual es el mejor precio.Y por cuanto tiempo contratar.
Con el mercado liberalizado, se tenderá por parte de las comercializadoras a la segmentación de clientes y a la especialización de mercados. Por ello, es importante conocer primero si nuestros equipos de medición son los correctos, cuales son nuestros hábitos de consumo, que demandas puntas tenemos, etc. Sólo así, podremos dirigirnos al comercializador especializado con nuestro perfil de consumidor, y conseguir la mejor oferta.

Por otra parte, la dependencia de los costes de energía eléctrica a los vaivenes del precio del petróleo, hacen necesario conocer el comportamiento que dicha materia prima tendrá en el futuro. Nuestras decisiones deberían dirigirse a contratar a corto plazo, cuando las predicciones indiquen que el petróleo va hacia la baja, y a largo plazo cuando las predicciones indiquen que va a la alza.

Para que puedan valorar la situación futura, pónganse en el caso de que tuvieran que firmar un contrato de compra de gasolina para su coche. Entiendo que la primera decisión que tendrá que tomar, es cual es la gasolinera que mejor servicio le puede ofrecer. La siguiente, es cuando es el mejor momento para realizar el contrato, ahora que la gasolina ha bajado algo, o me espero un mes que seguro bajará más. Y cuando ya he decidido cual es el momento, deberá decidir por cuanto tiempo contrato. Habrá tomado una decisión correcta si el precio del petróleo se mantiene o sube, pero su decisión habrá sido incorrecta si el precio del petróleo baja, y ve como cada vez que va a llenar su depósito, el del coche de al lado paga menos que usted.

Está claro, que todas esas decisiones tienen un alto componente de conocimientos técnicos y de mercados financieros futuros, que son difíciles que en la ocupación del día a día se puedan tomar.

Por otra parte, como consumidor individual, una tintorería no representa un cliente diferencial para un comercializador, dado que no propone un gran volumen de compra, si bien, los establecimientos de tintorería suponen un mayor consumo que otros tipos de comercios de tamaño similar.

Parece claro, que para una compra eficiente de electricidad la tintorería se enfrenta a dos barreras importantes, la técnica y la de volumen. ¿Pero cómo están gestionando este cambio otras empresas?

Empresas de mayor tamaño, con uno o numerosos centros de trabajo, y con volúmenes importantes de consumos, están dirigiendo sus estrategias, a externalizar el proceso de compra de energía a consultorías especializadas en análisis de mercados energéticos. Estas consultorías, con la suma de consumo de sus diferentes clientes, conforman un pool de compra atractivo e importante, con el cual pueden acceder a las mejores ofertas de las comercializadoras. Esta gestión no representa mayor coste a la empresa dado que, la consultora cobra un” fee” fijo a la comercializadora por el volumen de compra que representa.

Han sido varias las tintorerías que preocupadas por la gestión de la compra de la electricidad, se han dirigido a mí, para interesarse por los pasos que deberían tomarse para poder entrar en este pool de compra. No cabe duda, que un grupo importante de tintorerías, formarían un volumen de compra interesante para una consultora de mercados energéticos. Sé que se han realizado algunas acciones para coordinar este movimiento a través del Gremio de Tintoreros de Barcelona, pero no se ha podido avanzar en esta dirección.

Esta plataforma, nos da la oportunidad de poder formar ese grupo, simplemente dejando un mensaje de interés en su creación.

José Miguel Rodríguez
MBA por Instituto de Empresa

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