Para poder enfrentaremos al día a día como emprendedor o como gestor de empresas lo mejor es apartarse un poco de ese panorama. Sabemos que emprender en Europa y en España especialmente es difícil, que es cosa de locos, pero también es obligatorio alejarse de la realidad durante ese proceso. Si bien se debe atender a las dificultades, los sueños deben buscarse independientemente de la basura que tengamos alrededor. No obstante una cosa es obviar la realidad y pelearse con el escenario que nos ha tocado vivir y otra es negarla técnicamente. Lo malo está y cabe denunciarlo, atenderlo y de modo estratégico utilizarlo.
Cada uno elige donde se tira al vacio.
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Recuerden que nos gobiernan un grupo importante de señores que jamás pagaron una nómina a nadie, que no apostaron su patrimonio en ningún proyecto y que, en el peor de los casos, el mayor riesgo que corren en su periplo político es la indigestión por mariscos. Recordemos que eso no es exclusivo de uno u otro partido, que eso es un asunto de clase. Que la mayoría de los que dirigen nuestro destino pertenecen a una estirpe de trabajadores de partido, de gestores de visa a cuenta de otros, de la comodidad del sillón de alcántara y del coche oficial. Los unos y los otros nos dieron estos lodos. Da igual, es algo genérico y universal.
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Preocuparse por la crisis sistémica es de tonto a las tres. ¿Desde cuando una crisis de tipo sistémico puede afectar a España? ¡Que barbaridad! ¿No recuerdan cuando Zapatero (amigo íntimo e inseparable del otro gran enviado desde un Universo paralelo, un tal Barack) decía que eso que llamaban crisis en medio planeta aquí no dejaba de ser una “desaceleración” controlada? Pues eso, ahora tampoco va a ser para tanto. El mundo se arreglará y España no va a ser menos. Total, que cierren 1000 microempresas y PYMES al día desde principios de año es un saneamiento gradual de nuestro sistema económico. ¿Qué mejor?
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Marc Vidal